Para capar a un cordero

a la hora del suicidio
las mujeres no se ahorcan
y el negocio de los cuerpos
va cantando por las venas:
“arrorró mi niño, arrorró mi sol”

entonces llega la enfermedad

De tu madre
De tu madre
De mi madre

Poneme bajo tu pie, me dice
licuame
Hacé conmigo lo que quieras

entonces muere la enfermedad

y el lobo del hombre
Lobo del hombre
Lobo del hambre

Me pone bajo su pie
Me licúa
Hace conmigo lo que quiere

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